
no podré soñarte,
tan solo el sabor de tus labios
habrá rodeado mi noche
y la suavidad de tu piel
será mi destino fugaz...
Podré, quizás,
recordarte por momentos
tal vez,
o tal vez por años,
pero el perfume se esfuma
y con él mis delirios...
Las tormentas, los soles,
los vientos y los amaneceres
quedarán lejanos,
tardíos,
como queriendo escaparse
de un sueño
que ni siquiera
ha comenzado...